Rexman
La selección de País de Gales evidenció el sabado su condición de favorita a revalidar el título logrado en 2008 tras superar aunque con una ficticia claridad (23-15) a su eterno rival, Inglaterra, en la segunda jornada del torneo Seis Naciones.
El partido arrancó a tumba abierta: zafarrancho galés, ritmo frenético, percusiones salvajes, entradas brutales al ruck. Gales se fue arriba a por Inglaterra. Pega, corre, percute, placa, choca... 9-0. Y entonces pesó la camiseta. Goode pateó al fondo del pasillo del zaguero y allí surgió un velocisimo Sackey a posar el ensayo. Segundos después un esquinado drop de Goode dejaba sonado a Gales: 9-8.
La segunda parte arrancó con ensayo de Halfpenny y expulsión temporal de Goode, mucho ventaja para Gales: 20-8. Y entonces pesó la camiseta. Armitage cazó un balón, rompió por el intervalo y posó entre palos. ¡Inglaterra siempre vuelve! Ensayo y conversión de Flood. 20-15. La solidaridad defensiva y los chispazos de calidad le salvaban la cara.
Inglaterra murió con un plan: trivote de centros (Flutey, Tindall y Flood) y pelota a la melé para parar el galope. Gales ganó el partido e Inglaterra el crédito.
Al final las dos amarillas al centro Tindal (m.16) y al apertura Goode (m.42) y los golpes de castigo de Inglaterra fueron demasiado lastre (18 puntos).
El partido arrancó a tumba abierta: zafarrancho galés, ritmo frenético, percusiones salvajes, entradas brutales al ruck. Gales se fue arriba a por Inglaterra. Pega, corre, percute, placa, choca... 9-0. Y entonces pesó la camiseta. Goode pateó al fondo del pasillo del zaguero y allí surgió un velocisimo Sackey a posar el ensayo. Segundos después un esquinado drop de Goode dejaba sonado a Gales: 9-8.
La segunda parte arrancó con ensayo de Halfpenny y expulsión temporal de Goode, mucho ventaja para Gales: 20-8. Y entonces pesó la camiseta. Armitage cazó un balón, rompió por el intervalo y posó entre palos. ¡Inglaterra siempre vuelve! Ensayo y conversión de Flood. 20-15. La solidaridad defensiva y los chispazos de calidad le salvaban la cara.
Inglaterra murió con un plan: trivote de centros (Flutey, Tindall y Flood) y pelota a la melé para parar el galope. Gales ganó el partido e Inglaterra el crédito.
Al final las dos amarillas al centro Tindal (m.16) y al apertura Goode (m.42) y los golpes de castigo de Inglaterra fueron demasiado lastre (18 puntos).
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