sábado, 11 de abril de 2009

II CONCURSO DE RELATOS CORTOS DE RUGBY: XV INDIECITOS


FRAGMENTO

Llegó temprano, era su costumbre desde chico y eso que no era muy puntual en su vida de paisano, por así decirlo. Llegaba más o menos tarde para las cosas del trabajo, la profesión o los afectos pero siempre se había caracterizado, por llegar primero en todo lo que se refiere a lo deportivo. Aún antes, pues empezaba desde la cama llamando por teléfono a los dormilones.

Siempre pensó que era porque disfrutaba tanto con el deporte, como de la etapa previa que incluía las largas horas de entrenamiento y la preparación del día del partido.

Hacía muchos años que no pisaba el club, desde que tuvo que elegir obligado por las circunstancias, entre terminar la carrera, el trabajo y su novia o seguir su destino dentro del equipo. Cuando dejó de jugar no quiso ver más rugby en vivo, pues sabía que no podría resistir las ganas de entrar a la cancha. Todo hubiera vuelto a empezar y tenía que seguir el camino que había elegido; uno debe seguir siempre el camino que elige, aunque después las circunstancias le borren la huella.
Esta elección lo alejó de sus compañeros, así es la vida...Dentro y fuera del rugby.

Extrañaba sobre todo el despertarse al alba los domingos, los olores mezclados del barro y el fluído Spineda... Sobre todo sus recuerdos predominaba el de llevarse la guinda a la cara y oler la penetrante mezcla de cuero con pasto que tenía la pelota mojada por el rocío.

Ese olor por sobre todo, era lo primero que recordaba de entrar a una cancha, como cuando tenía trece años y lo hizo por primera vez.
Hoy estaba allí, no podía faltar y había llegado primero como antes, como siempre...

El cuidador era otro y no lo conocía, pero cuando le dijo que venía por lo de la reunión, asintió como quien sabe todo y no quiere oír mas. Le abrió la puerta de la casa, solo así se conocía al lugar donde se hacían los “terceros tiempos”. Era el lugar donde uno podía calentarse los botines y la espalda congelada al lado del fuego.


Sobre el ceniciento hogar de roble, aunque los años no permitieran identificar realmente la madera ya casi petrificada, estaba el cuadro del campeón...

No hay comentarios: