Mucho antes de que Vincent Clerc fuera la estrella francesa que es hoy, fue un chico rápido que tenía un aparatoso casco a pesar de ser ala.
El año 2003, en sólo su segunda convocatoria con su país en contra de los poderosos All Blacks, recibio su bautismo de fuego, ya que se encontró contra uno de los más temidos corredores en el juego. El mismisimo Jonah Lomu.
En esta jugada con el balón en
Delicias dublinesas
Hace 1 año
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