El partido comenzó trabado y con varios parones para atender a jugadores lesionados. En el primer ataque local, Andrea Masi conseguía atravesar en dos ocasiones la primera cortina defensiva escocesa, aunque el asunto concluiría con un golpe de castigo transformado por Mirco Bergamasco (3–0).
El juego de ambos equipos no acreditaba demasiada calidad, aunque daba la impresión de que Italia, quizá por jugar como local, había saltado al césped del Stadio Olímpico de Roma con una mayor motivación que su rival.
De hecho, ya a partir del ecuador de la primera parte, el encuentro se había transformado en un monólogo ofensivo de Italia, que sin embargo, tardó 25 minutos en recordar que el rugby ofrece la posibilidad de jugar al pie para ganar terreno en el campo.
Bergamasco fallaba un golpe en el minuto 23 y Kris Burton erraba en un intento de drop, bastante precipitado, en el 26.
Sin embargo, en uno de los pocos despliegues ofensivos del XV del Cardo, Greig Laidlaw transformaba en el minuto 36 un golpe de castigo bastante complicado (3–3). Con un nuevo error de Bergamasco de cara a palos, concluía lo reseñable en el primer tiempo.
El segundo comenzaba con el único ensayo del encuentro, conseguido en el minuto 43 cuando el ala derecho del Aironi Rugby, Giovanbattista Venditti, aprovechaba un intervalo en la defensa rival sobre su línea de 5 para colarse en la zona de marca y ensayar casi bajo palos (10–3).
Poco después, Laidlaw fallaba la transformación de un golpe desde una posición poco favorable, al lanzar el oval a escasos centímetros del poste derecho italiano.
Consciente de su superioridad en el día de hoy, Italia comenzó a utilizar con frecuencia y acierto el juego al pie, lo que puso en más aprietos todavía a la defensa del XV del Cardo.
El segunda escocés Jim Hamilton veía la tarjeta amarilla en el minuto 56 por una acción antirreglamentaria en la touche. Sin embargo, Italia no conseguía aprovechar esta ventaja numérica de 10 minutos para incrementar su ventaja en el marcador.
De hecho, vio cómo se reducía cuando Laidlaw transformaba un golpe en el minuto 60 (10–6).
A partir de este momento, el esfuerzo físico comenzó a pasar factura a ambos equipos, llevando al encuentro a una fase de juego anodino y sin dominador claro.
Alessandro Zanni veía la tarjeta amarilla en el minuto 66 por jugar el oval en el ruck, pero esta circunstancia tampoco supuso una ventaja para Escocia.
Un drop de Burton en el minuto 77 (13–6) hacía subir los tres últimos puntos al marcador de hoy, ya que aunque Escocia trató de reaccionar en los últimos instantes del encuentro, su esfuerzo resultó baldío.
fuente: Javier Grimal-Cronica de Aragón.es
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