lunes, 4 de febrero de 2008

A MI ME PASO JUGANDO AL RUGBY :HMR (A Coruña)


Hoy la historia nos viene de Galicia mas concretamente de A Coruña, HMR, Apertura veterano del CRAT, nos cuenta sus comienzos en este “adictivo” deporte haciendo un repaso/homenaje a personajes importantes del rugby Coruñes.

Pese a que este año cumplo 20 jugando a rugby, me he puesto a recordar alguna anécdota de mis comienzos que sea digna de tu blog y la verdad es que no recuerdo ninguna “que se pueda contar”. He vivido mil anécdotas pero muchas tienen gracia si conoces a los personajes, otras no son “políticamente correctas” y alguna sería hasta no apta para menores.

Lo que sí recuerdo perfectamente es la razón por la que empecé yo en esto. Y os la cuento porque me parecen significativas las razones, casualidades, etc. por las que hemos descubierto este deporte y no otros.

En mi caso todo empezó cuando cierto ex-alumno de mi colegio (se llama Evaristo, este es de verdad, no el de tu foro... y es toda una institución en el rugby gallego. Tiene 41 años, ¡SIGUE JUGANDO! ,a veces incluso en el primer equipo, y es muy apreciado por todos los equipos gallegos porque representa todos los valores de nuestro deporte.) le robó 1 minuto a la hora de literatura para hablarnos de un deporte llamado rugby y que al parecer otros ex-alumnos estaban practicando. Nos explicó que un profesor de Física del “cole” era el fundador del club (el CRAT y de la Federación Gallega de Rugby se llama Maxi Casares. Es un personaje muy peculiar, ronda los 65 años, es meteorólogo y formó parte del equipo español que participó en la America´s Cup de Vela de Valencia del año pasado).y que había otros alumnos en él. Se repartieron unas “circulares” que se pasaron desde el primer pupitre hasta el último y yo, que en aquel momento jugaba al fútbol y al basket, leí la mía hice un gurruño y la tiré.


A los 5 minutos un compañero que estaba detrás de mí me comentó que el día anterior había ido al médico, que le había dicho que tenía asma y le había recomendado hacer deporte. Y me preguntó si nos apuntábamos a rugby. Yo le dije que le acompañaba el primer día y que ya vería. Corrimos la voz por el resto de la clase y los 7 o 8 de la pandilla que los sábados empezábamos a salir juntos decidimos ir.

El primer entrenamiento fue en un trozo de campo cercano a mi colegio (hoy en día es pleno paseo marítimo) y acudimos cerca de 30 chavales de mi colegio. Descubrimos lo que era una melé, una touch, un saque de 22… lo que era placar, lo que era un pilier, un talonador, un zaguero… (a mí me tocó ser medio melé). Empezamos a ver en la segunda cadena el 5 naciones de la mano de Ramón Trecet y a elegir nuestros jugadores favoritos (los míos en aquel momento eran Robert Jones y Nick Farr-Jones).

Nos empezamos a quedar prendados de todo lo relacionado con el juego en sí y todas sus tradiciones: El tercer tiempo, el respeto al árbitro, la figura del capitán, las arengas de nuestro entrenador… y a contar las anécdotas después de los partidos con nuestras primeras jarras de cerveza en la mano y el cuerpo magullado.

Fueron pasando los años, hicimos nuestros pinitos en el rugby patrio, pero lo más importante es que, aunque esa pandilla se fue ampliando/reduciendo según las épocas, la mayoría seguimos juntos y en el club.

El miércoles pasado empezaron a “entrenar” los veteranos de mi club que se van en junio al campeonato de Madeira. Yo me uní al tocata. Y allí estábamos, 20 años después, el ex alumno que vino a repartir circulares al colegio, el ex profesor de física que había fundado el club y yo. Y supongo que eso es el rugby.

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