Anoeta vivió ayer una de sus más espectaculares tardes deportivas.
Biarritz superó a los galeses de Ospreys en los cuartos de final de la Heineken Cup, Copa de Europa de rugby, por un vertiginoso 29-28, con intriga hasta la última jugada. Ambos firmaron uno de los mejores partidos de la presente edición de la competición europea. Sin lugar a dudas.
La batalla dejó tras de sí cinco ensayos y cuatro drops. Fue una oda al juego a la mano, una exhibición de ambos escuadras, que sumaban 17 participantes en el último Seis Naciones. Caviar.
No hubo tiempo para respirar ni para asentar las miles de cervezas bebidas por galeses y franceses en los prolegómenos. En el segundo cuarenta, el biarrot Traille firmó el primero de sus tres drops. Es un especialista, pero ayer hizo historia y por ello fue elegido jugador más valioso del choque.
Fue un duelo de titanes. La poderosa delantera del Biarritz contrarrestaba el genial juego de la línea de tres cuartos galesa. Bishop y Bowe, quizás uno de los tres mejores alas de Europa, se aliaron con el centro James Hook y con Shane Williams y juntos destrozaban a los biarrots con aperturas diabólicas, zig zags que desafiaban las normas de la física... Pero sin premio, porque se empeñaban en rizar el rizo y se quedaban a las puertas de la zona de marca.
Fue el ala biarrot de Zimbawe, Ngwenya, quien firmó el primer ensayo, tras un meteórico sprint de setenta metros. Corrió como Usain Bolt, se zafó de dos rivales y antes de anotar saludó. Como el recordman mundial. Crack. Yachvili transformó y puso el 10-0 en el marcador.
Ryan Jones dio la réplica tras una excelente jugada colectiva y un excelente movimiento de Williams. Pero Yachvili gracias a un golpe y Traille a través de su segundo drop, agrandaron la brecha (16-7).
De nuevo, la línea galesa hizo trizas a Biarritz, moviendo el oval de izquierda y derecha. Byrne culminó la combinación. En el último instante de la primera parte, Biggar anotó el único drop visitante poniendo el 16-15.
Biarritz superó a los galeses de Ospreys en los cuartos de final de la Heineken Cup, Copa de Europa de rugby, por un vertiginoso 29-28, con intriga hasta la última jugada. Ambos firmaron uno de los mejores partidos de la presente edición de la competición europea. Sin lugar a dudas.
La batalla dejó tras de sí cinco ensayos y cuatro drops. Fue una oda al juego a la mano, una exhibición de ambos escuadras, que sumaban 17 participantes en el último Seis Naciones. Caviar.
No hubo tiempo para respirar ni para asentar las miles de cervezas bebidas por galeses y franceses en los prolegómenos. En el segundo cuarenta, el biarrot Traille firmó el primero de sus tres drops. Es un especialista, pero ayer hizo historia y por ello fue elegido jugador más valioso del choque.
Fue un duelo de titanes. La poderosa delantera del Biarritz contrarrestaba el genial juego de la línea de tres cuartos galesa. Bishop y Bowe, quizás uno de los tres mejores alas de Europa, se aliaron con el centro James Hook y con Shane Williams y juntos destrozaban a los biarrots con aperturas diabólicas, zig zags que desafiaban las normas de la física... Pero sin premio, porque se empeñaban en rizar el rizo y se quedaban a las puertas de la zona de marca.
Fue el ala biarrot de Zimbawe, Ngwenya, quien firmó el primer ensayo, tras un meteórico sprint de setenta metros. Corrió como Usain Bolt, se zafó de dos rivales y antes de anotar saludó. Como el recordman mundial. Crack. Yachvili transformó y puso el 10-0 en el marcador.
Ryan Jones dio la réplica tras una excelente jugada colectiva y un excelente movimiento de Williams. Pero Yachvili gracias a un golpe y Traille a través de su segundo drop, agrandaron la brecha (16-7).
De nuevo, la línea galesa hizo trizas a Biarritz, moviendo el oval de izquierda y derecha. Byrne culminó la combinación. En el último instante de la primera parte, Biggar anotó el único drop visitante poniendo el 16-15.
Un golpe puso a los británicos por delante, pero el inglés de Biarritz Balshaw aprovechó una nueva incursión del veloz Ngwenya y puso tierra de por medio en el 49 (26-18). El británico se lesionó en esta jugada. A un golpe del galés Biggar le siguió el tercer drop de Traille (29-21).
Los galeses, para quitarse el sombrero, continuaron atacando. Y fruto de su tesón consiguieron a falta de cinco minutos el quinto ensayo del partido, que dejaba la eliminatoria patas arriba (29-28).
Anoeta, entregado, no dejó solo a Biarritz. La última jugada del partido fue un drop del galés Biggar. Si pasaba entre palos, Ospreys estaba en semifinales. Ni Hitchckock hubiera firmado un desenlace parecido. El balón no alcanzó su objetivo y Biarritz consumó su triunfo. En Anoeta volvió a sonar 'Paquito el chocolatero'. Los galeses, bulliciosos toda la tarde, dieron una lección de señorío.
Biarritz alcanza su cuarta semifinal de la Copa de Europa. La disputará el primer día de mayo ante Munster en Anoeta. Otra fiesta en Donostia. Firmamos ver la mitad de la magia vivida ayer. El ganador se medirá en la final al vencedor del Leinster- Tolousse/Stade Français
Fuente: Diariovasco.com
Los galeses, para quitarse el sombrero, continuaron atacando. Y fruto de su tesón consiguieron a falta de cinco minutos el quinto ensayo del partido, que dejaba la eliminatoria patas arriba (29-28).
Anoeta, entregado, no dejó solo a Biarritz. La última jugada del partido fue un drop del galés Biggar. Si pasaba entre palos, Ospreys estaba en semifinales. Ni Hitchckock hubiera firmado un desenlace parecido. El balón no alcanzó su objetivo y Biarritz consumó su triunfo. En Anoeta volvió a sonar 'Paquito el chocolatero'. Los galeses, bulliciosos toda la tarde, dieron una lección de señorío.
Biarritz alcanza su cuarta semifinal de la Copa de Europa. La disputará el primer día de mayo ante Munster en Anoeta. Otra fiesta en Donostia. Firmamos ver la mitad de la magia vivida ayer. El ganador se medirá en la final al vencedor del Leinster- Tolousse/Stade Français
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