lunes, 21 de abril de 2008

A MI ME PASO JUGANDO AL RUGBY: MAZAO (Valladolid)


Volvemos a traer al blog una nueva entrega de A MI ME PASO JUGANDO AL RUGBY, esta vez de la mano de Mazao, ex jugador del Salvador, ala habilidoso y rápido de los de antes de que pareciesen delanteros reconvertidos.Nos trae dos historias una en la que recuerda sus comienzos en este deporte, y otra de los tipicos viajes que todos hemos hecho de una punta a otra de España.

Que las disfruteis.

MIS COMIENZOS EN EL RUGBY

Mis comienzos en el rugby son de mucho antes de empezar a jugar. Empecé a ver rugby de bastante pequeño, por la afición familiar de mi madre a este deporte. Me acuerdo de ver al CDU en Fuente La Mora, a un tal Regino, Rafa Gandiaga (trabajaba con mi padre), Carlos de la Viuda, que las metía a palos desde su casa….

Luego cuando tenía 13 años, mis primos y varios de sus amigos del colegio San José de Valladolid, y que hasta entonces jugaban al balonmano, decidieron empezar a jugar al rugby en El Salvador. Algunos habían empezado ya antes.

Yo, como antes había hecho cuando jugaban a balonmano, les veía entrenar en el campo de tierra del colegio, en el que la línea de 22 estaba marcada por ladrillos, y luego me iba todos los fines de semana con ellos a verles jugar. En los campos de San Agustín, las Fincas del Lourdes, Pepe Rojo. Jugaban ellos (cadetes) y los juveniles, equipo en el que también había bastante gente del San José.

Me acuerdo perfectamente de los partidos que jugaban contra El Lourdes Granja Conchita (VRAC actual). Eran de auténtica rivalidad, y dos equipazos. Por un lado (el bueno): Gabriel Martinez, Marcos, Jaime, Asís, Treceño, Vitorino, Alex, Chino, … por el otro: Foronda, Mahamud, Pulgui, Canito,… Era una auténtica pena que solo el primero de Castilla y León fuera al campeonato de España, porque los 2 tenían nivel para estar entre los mejores.

Pero lo mejor de todo, era luego el tercer tiempo, me iba con ellos, y después de lo que se habían currado en el campo todos tan amigos, tíos que yo no conocía de nada a los que veía mucho mayores que yo, me trataban como uno más, me los encontraba por la calle y te saludaban como a un amigo. Eso fue lo que poco a poco más me fue enganchando para jugar.

Yo seguí otro par de años jugando al balonmano, baloncesto, haciendo atletismo, ski, pero seguía yendo a ver a mis primos, además ya iba a ver los partidos del chami senior, vi la liga del 91…hasta que en el año 92 decidí probar a ir a entrenar y me enganchó de tal forma, que desde entonces no volví a hacer otro deporte.

Quien me iba a decir luego que esos a los que veía tan mayores iban a convertirse en mis compañeros y rivales durante tantos años y que incluso me retiraría antes que alguno de ellos. De hecho llegué hasta a jugar con Regino y De la Viuda.

CAMPEONATO DE ESPAÑA SELECCIONES AUTONÓMICAS 92-93

El campeonato de selecciones autonómicas de esa temporada se celebró en Sevilla. Yo llevaba muy poco tiempo jugando al rugby, pero tuve la inmensa suerte de que me convocaron para el mismo. La ilusión era tremenda, porque después de haber jugado al balonmano, baloncesto, haber hecho atletismo toda mi vida, lo más lejos que había salido con mis compañeros a jugar era a Tudela de Duero.

El viaje, el típico de 8 o 9 horas en los que da tiempo para todo, pelis, “operaciones” , dormir…
Cuando llegamos a Sevilla y después de perdernos como era habitual, llegamos a la puerta de un hotel. El hotel espectacular, nos bajamos del autobús, y cuando vamos a entrar nos dicen que no, que el nuestro está callejeando por ahí cerca. Por fin llegamos al mítico “Hostal Sierpes”(situado en el Barrio de Santa Cruz) de Sevilla, habitaciones desde 4 a 6 personas, decadente total. Al llegar al hostal de marras se presenta un chaval con cuellos al estilo Travolta en Fiebre del Sábado Noche, tupé, pantalón de pitillo, que resultó ser de Valladolid y haber jugado en El Salvador. Se autodenominaba “El Patucas”. El tío llevaba viviendo allí un tiempo y se ofreció para ser nuestro guía. Estuvo con nosotros las 24 horas de cada día que estuvimos allí, dormía con nosotros, desayunaba, comía, venía a los partidos, cenaba, yo creo que hasta entraba en el vestuario… parecía uno más del equipo.

El caso es que el hostal dejaba bastante que desear en su arte culinario, y tanto los desayunos como comidas y cenas no había quien se los tragase. Menos “El Patucas”. Así pasaron los días del campeonato, en el que como siempre quedamos 5º, y la última noche decidimos boicotear al hostal, y esperando a que nos sirvieran la cena a todos levantarnos y dejar todo en los platos. El caso es que según termina el camarero de servir el último plato, llegamos todos y nos levantamos directamente. ¿Todos?. No. Había uno que se había quedado sentado y que se estaba poniendo como el Quico comiendo de su plato y de los de alrededor. Supongo que a estas alturas sabréis quien era. Exacto “El Patucas”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

TENGO FOTOS DEL SAN CARLOS DE 1975

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juan antonio lumbreras